jueves, 12 de enero de 2012

Ella.

Entonces, me refugio entre la gente, en un oscuro cine, acompañada al fin. Me refugio en mis estudios incluso, en mi pareja si está, en mi religión no declarada, mis versos, mi sueño y mis sueños, mi neurosis con sus miedos, en mi ilusión... de viajes sin fin, de saborear miradas nuevas, dulces labios, suaves piernas y pieles cercanas, cercanas a mis ansias. Pero es cierto, caros amigos, que yo acompaño a mi soledad, con ella juego, la busco y ella me encuentra, nos escribimos, tonteamos como adolescentes, y a veces nos abrumamos ambos, de tanto y tanto saludarnos sin rencor, algún día con pesar; pero en compañía, mi soledad y yo, en el camino.

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