Maldita adolescente.

En mi interior se libra una batalla. Oigo el redoble de los tambores, las explosiones de los morteros, los silbidos de los cazas, el terrible ruido de los bombardeos, el estrépito de los cristales rotos, los gritos de la gente, el sonido de la ambulancia. Y veo mi sangre corriendo entre el polvo, corriendo entre los adoquines rotos. Entonces alguien me cubre con una manta bordada con la palabra FRACASADA. Por fin descanso. Por fin puedo olvidarme de todo. No soy capaz de nada. Hoy no. Me siento sin fuerzas, hace demasiado calor para cualquier movimiento, quizá otro día. Hoy solo quiero soñar contigo, recorriendo los versos de Antonio Machado. Por un campo verde, hasta llegar a los montes azules, sintiendo tu mano en la mía...