Lo miraba cada tarde que quedábamos, con mis ojos brillantes llenos de sueños e ilusiones. Cuando veía sus ojos, azules como el zafiro, me quedaba, cómo decirlo, ¿hipnotizada? Sí, así es...
Con él me notaba diferente, estaba a gusto y me daba igual lo que opinasen de mi o de él. Más bien de nosotros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario