''¿Sigo queriéndote?''
''¿Las cosas han cambiado demasiado?''
''¿Nunca más será lo mismo?''
''¿Se acabó?''...
He llegado a una conclusión...
Y lo peor es que ni siquiera ha sido mientras reflexionaba todo esto...
De repente, una tarde cualquiera en un lugar cualquiera, sonó ''aquella canción''...
Y el corazón volvió a salir de mi cuerpo [una vez más] , y fue entonces cuando me di cuenta.
Las cosas han cambiado, han cambiado muchísimo...
Pero eso no me afecta lo suficiente.
Cierto es que hemos madurado juntos, y que la vida nos ha dado palos precisamente a la vez, con los que podríamos construirnos un pedazo de bungalow a pie de playa...
Nos han intentado derrumbar...
Nos hicieron daño, nos pusieron por los suelos...
Han hecho todo lo posible por cambiar nuestras vidas...
Han hablado lo suficiente como para que la gente nos destroce...
Mi cabeza me jugó malas pasadas...
Pero no.
No pueden.
No deberían poder.
No se me han acabado las fuerzas, y que yo sepa hasta hace poco tiempo, a ti tampoco.
Es cierto, tú y yo nos parecemos demasiado, aunque a primera vista no lo parezca...
Se me vienen a la memoria ciertas frases tuyas y mías de determinados momentos...
Recuerdo aquella tarde en tu cama, cuando me contaste tus problemas familiares, y dijiste ''mi vida es un asco... no se como puedes quererme..''
Y te contesté ''tu vida no es ningún asco, además, a mi me encantas tú... y eso es lo que cuenta... no importa nada más''
Y también me vino a la memoria cuando dijiste que nadie me iba a querer como me quieres tú.
Tenías razón, una vez más tenías razón.
Pero nunca llego al punto concreto al que quiero llegar.
En el que me di cuenta de algo y no fue reflexionando... si no por una canción.
Empezó a sonar ''esa canción'', que fue seguida por otras dos también importantes en este tema en cuestión...(mi mp4 es inteligente...)
Al principio sonó ''aquella'', y justo después empezaron a tocar The Wannadies, y por último Iron & Wine remataron la faena, y sí, me sorprendí mucho...
Empecé a ver tu cara, tus ojos, por todos los rincones oscuros de mi cabeza.
Ay amor, tus ojos, ¡tus ojos!...
Nunca te dije cuánto me gustan tus ojos.
Esos ojos miel que parece que vayan a echarse a llorar de un momento a otro, aunque la expresión de tu cara sea tan dura...
Y no sabía donde meterme, ¡lo juro!
Quería taparme los ojos, ¡pero tú estabas ahí, dentro de mis párpados, cada vez que los cerraba!
Fue entonces cuando me di cuenta...
¡Te quiero!
¡Te quiero, amor, te quiero!
Como el primer día, como la primera vez que escuché tu voz, como la primera vez que te vi e hicimos el tonto sin saber si quiera nuestros nombres (tratándonos como si nos conociéramos de siempre, un desconocido y una desconocida, aunque tú y yo bien sabemos que no lo éramos, en ese momento éramos personas diferentes). Como en ese momento en el que te toqué el hombro para saludarte por primera vez, te diste la vuelta, me miraste a los ojos y me temblaron las piernas de una manera de la que quise gritar.
¡Gritar!
Como la primera vez que me abrazaste...
¡Es que son tantas cosas!
¿Cómo vamos a dejar de querernos, amor, si es imposible?
Que te quiero, ¡te quiero!
¡Como te quise aquel Agosto!
¡Como te quise hace mas de un año!
¡Como te quise hace meses!
¡Como te quise anteayer, y ayer, y hoy... y mañana y pasado también!
Porque ahora lo sé, y porque te quiero amor, te quiero.
[Eres una luz, mi luz, y yo siempre te daré la mano cuando lo necesites, pase lo que pase, aunque tú no quieras dármela a mi, siempre.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario