jueves, 30 de agosto de 2012

Entrada número 7.

A veces me pregunto por qué escribo todas estas cosas...
¿De verdad tengo tantos pensamientos dentro como para dejarlos caer aquí?
Exceso de peso en el cerebro. O en el alma, quién sabe.
Ojalá todo hiciera BÚM.
Ojalá todo diera un cambio y el cielo fuera verde... y mi sombra pudiera hacerme compañía, toda aquella que no ahoga, toda la que necesito.

Me paso las noches escribiendo, escuchando canciones de aquí y allá.
Dibujando caras de personas que quizás jamás llegue a conocer.
Y pensando... yo siempre estoy pensando, no puedo evitarlo. Pienso en todo y en nada, en cosas lejanas y en cosas cercanas...
En hoy, en mañana, quién sabe... quizás cierre los ojos ahora... y me pongo a pensar en ti... Qué se yo. Yo siempre estoy pensando.
Se me hace imposible dejar la mente en blanco, aunque a veces prefiero no pensar. 
Y de cuando en cuando recuerdo y me entra la nostalgia... y lloro.
Pero eso pasa muy pocas veces, de cuando en cuando, porque yo soy capaz de muchas cosas, pero incapaz de dos... enamorarme y llorar. Se me hace imposible. Totalmente imposible.

O al menos demasiado difícil como para forzarme a intentarlo.
Ya se sabe, son cosas que vienen solas.
Hay personas que me dicen que tengo un don para escribir.
Sinceramente, yo a esto no lo llamo escribir... yo lo llamo sentimientos.
Porque nunca escribo por obligación, yo solo escribo por sentimiento.
Es lo que hace especial a cada cosa, el sentimiento que se le ponga.
Y escribir no se me hace tan difícil... simplemente aireo lo que siento.
Pero no solamente escribo, también me encanta hacer muchas otras cosas.
Me encanta la fotografía, tengo el síndrome del fotógrafo: cuando voy a algún sitio bonito, en lugar de pensar ''¡Qué bien me lo pasaré!'', siempre termino pensando ''¡Qué bonita foto sacaría yo aquí!''.
Es irremediable. Es una enfermedad genial.

También me encanta dormir.
Me encanta dormir acompañada y con mucha ropa.
A poder ser con alguien, siempre es divertido.
Al final nunca duermo y me paso la noche riéndome.
Y me encanta comer, pero sólo algunas comidas.
Otra cosa que me encanta es cantar, y la música...
Lo es todo, sin ella no seríamos nada.
Y las pequeñas cosas, amo las pequeñas cosas por encima de todo.
Y los rayos del sol, la primavera, la risa, las sonrisas, la ilusión, las cosquillas...
Y amo AMAR. Despues de tantos años creo que es lo que mejor se me da.
Amar a alguien. Pero no suelen dejarme amar muy a menudo...

Hay algunas personas a las que me encantaría hacer feliz.
Me encantaría que me dejasen amarlas y revolucionarles las cosquillas.
Pero no se dejan. Me pregunto el por qué todos los días, y nunca doy con la solución.
Suele pasarme esto y al final termino con un dolor terrible en el corazón.
A veces pienso que mi corazón es mucho más pequeño que el de los demás, y que no late tanto, por eso hay muchas personas que lo rechazan... pero una vez me dijeron, que a lo mejor no es culpa mía... que puede que mi corazón sea mucho más rojo. Y me sentí bien...
Corazón es una palabra muy bonita. Es estupenda. Es roja, fuerte, sentimental. Me encanta.  
A lo mejor tengo suerte y el mío es muy rojo y muy fuerte...
A lo mejor por eso se me da tan bien amar, cuando me lo permiten...

¿Queréis que os sea sincera?
No sé por qué cuento todo esto.
Simplemente pensé en que nunca cuento nada sobre mí y que lo necesitaba.
Y son las 5.23 de la tarde y he quedado a las 5.30, aún ni me he vestido y sigo delante de la pantalla sin remedio...
¿Cuándo voy a cambiar?
Y que cambie el cielo, mi sombra... y que vuelva a recuperar la magia.
Quiero que dejen de pasar trenes de oportunidades falsas que no llevan a ningún sitio.
Quiero revolucionarte las cosquillas cuando quiera.
Quiero poder permitirme llorar cuando se me antoje...
Y poder decirte que me importas sin que agaches la cabeza.
Quiero que me dejen amar más a menudo...
Sin ningún tipo de censuras.

Y quiero que todo haga BÚM.
Como un cóctel molotov de corazones infartados.

Y meterme bajo el edredón una noche de lluvia...
Para olvidarme de que sólo son deseos.
Y llamar a esta entrada número 7 sin que nadie me pregunte por qué no le puse título...

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